En junio de 2025, ciudades como Barcelona, Palma e Ibiza presenciaron protestas contra el turismo masivo. Los residentes argumentan que la llegada excesiva de turistas provoca el aumento del precio de la vivienda, saturación de servicios públicos y ruido constante. Muchos culpan a plataformas como Airbnb por desplazar a los residentes locales. En respuesta, algunos gobiernos regionales han anunciado regulaciones como limitar licencias de alojamiento turístico o imponer nuevos impuestos. Los defensores de estas medidas creen que son necesarias para proteger la calidad de vida de los habitantes. Por otro lado, quienes se oponen a estas restricciones destacan que el turismo genera millones de empleos y representa un pilar económico para muchas regiones españolas. Argumentan que una gestión más inteligente, no una reducción drástica, es la clave para la sostenibilidad. ¿Debería priorizarse el bienestar local sobre los beneficios económicos, o puede encontrarse un equilibrio sin afectar el
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